sábado, 27 de enero de 2018





                                           MI PRIMER CONCIERTO

Quiero publicar otra de mis "sensaciones". os he hablado del Camino de Santiago, este verano, y ahora quiero hablaros de otra excursión que hemos hecho este año.

Mi mujer y mi hijo me hicieron un regalo de cumpleaños que me encantó. Nosotros no somos de regalos físicos: joyas, ropa, libros... Guardamos el dinero y viajamos o hacemos actividades que nos puedan gustar a los tres.
En este caso, el regalo por mi 50 cumpleaños fue un concierto.

Os cuento: desde hace unos tres años soy seguidor de un grupo francés que se llama Glorious. Es un grupo de música electro-pop que canta canciones que son más bien oraciones y de las cuales yo he escogido varias, las he traducido y las uso para distintas cosas.

Contacté con ellos vía mail, les pedí permiso para traducir sus canciones y me contestaron diciendo que no había ningún problema. Es un grupo que me levanta el alma. A veces tengo que pedir a Pilar que me traduzca lo que no entiendo, pero sólo con escucharlos me trasmiten una espiritualidad que me llega al corazón.

No son muy famosos, normal, hacen música cristiana y eso tristemente te cierra muchas puertas, tantas como ellos abren a las personas que les siguen y que les escuchan.

Bueno, pues mi ilusión era ir a un concierto de ellos, pero todos eran por Francia y muy lejos. Pero mi mujer y mi hijo encontraron el momento y ése fue en Noviembre. El concierto era en Montpellier. Unos 330 km de casa. Sacaron las entradas por internet, y me regalaron las entradas.

¡Qué emoción! Mi primer concierto en directo, del grupo que más me gusta, en Francia, junto a mi familia. ¿Qué más se puede pedir???

Llegó el fin de  semana, cogimos el coche y para Francia...qué viaje más chulo.....teníamos los tres una emoción..era mi primer concierto, pero también el primero los tres juntos...
Para añadir algo más, coincidía que estábamos preparando una convivencia- encuentro con nuestros amigos y eso fue motivo de ir gran parte del viaje llorando de emoción... Me estoy haciendo viejo, a veces me entran unas lloreras..., pero me da igual: son emociones a flor de piel que me encantan.

Llegamos a la ciudad de Montpellier, es una ciudad muy bonita, llena de juventud, hay muchas universidades. Dimos un buen paseo por sus calles, llenas de tiendas bonitas, de Pâtisseries, de crêperies, ese olor a mantequilla, con el de los perfumes de las tiendas....me encanta.

Segunda cosa que teníamos que hacer era buscar dónde comer. En Francia a partir de las 12,30h hay que empezar a buscar. Encontramos un pequeñísimo restaurante con menú y nos sentamos en una pequeña mesa en la calle. Menú: Ricotta de queso de cabra y de segundo solomillo de cerdo caramelizado, o cordero estofado. Todo estaba buenísimo, acompañado de patatas fritas con mantequilla. La comida exquisita y encima nada cara. Ese fue un gran momento, felicitamos a la chef, pagamos y nos fuimos.

Seguimos callejeando, visitando parques, un acueducto, etc.. anduvimos unas cuantas horas hasta la merienda.
Como por el horario del concierto no sabíamos si podríamos cenar, decidimos hacer una merienda-cena.
Buscamos una buena Pâtisserie y comimos también cosas sabrosas, un pain au chocolat, un croissant avec frangipan (una especie de napolitana de chocolate, un croissant relleno de un mazapán ligero y con un toque a almendra amarga) y unos cafés.

Marchamos al apartamento que había reservado Pilar, muy barato, eso sí nos costó encontrarlo. Montpellier es muy bonita, pero llena de puentes, túneles,... En fin, el centro, para ir con coche, es un poco lío.
Al final lo encontramos, nos teníamos que cambiar para marchar al concierto a las 21h.

¡Qué nervios tenía! se estaba haciendo realidad mi sueño . El concierto era los locales de una parroquia de las afueras. llegamos muy bien de tiempo, entramos y nos encontramos con, no sé, digamos unas 600, 700, personas de todas las edades, mayoritariamente jóvenes, el escenario con muchos instrumentos y muchas luces... todos sentados en el suelo...lo que nos va a nosotros, vamos.

En una pantalla una cuenta  atrás 10,9,8,7,6,5,4,3,2,1 y empieza la música, las primeras notas y rompo a llorar (sí, no me importa reconocerlo...me parecía mentira estar allí con mi familia). Después de sonar la primera canción, dos frases que me llegaron al corazón, dijeron: Esto no es un concierto, es un rato de oración, pensad que Dios está  aquí, Él lo dijo: donde dos o más se hallen reunidos en mi nombre, Yo estoy en medio de ellos. A disfrutar!

Y no sabéis cuánto disfrutamos...qué saltos, palmadas, luces con el móvil. Veía a Pilar desgañitándose cantando, a mi hijo dando botes y yo mismo cantando y bailando, qué momentazo tan cerca de Dios...

Dos horas de concierto, en la que no puedo describir con palabras lo que sentimos los tres, no teníamos ganas que se acabase. En medio del concierto bajan la luz, nos hicieron volver a sentar y nos hablaron del hijo Pródigo. Diego y yo íbamos entendiendo un poco ayudados por las traducciones de Pilar. Nos explicaron cómo el padre espera al hijo que marchó y que vuelve, y cómo, lejos de regañarle, o de darle charletas...lo abraza, le da todo lo que tiene y acoge con más cariño si cabe. Así es Dios con nosotros: todo amor, sin reproches con un amor "Rahamim" que en Hebreo quiere decir amor de entrañas....así nos quiere Dios con amor de entrañas.

Bueno, se estaba acabando el concierto, se estaba acabando ese sueño que tenía, pero lo habíamos disfrutado tanto!.... se encendieron la luces y decidimos quedarnos un rato más para hacernos unas fotos con ellos, agradecerles todo el bien que hacen, en Francia son muy conocidos, y decirles que seguiríamos traduciendo sus canciones aquí en España...

Vuelta al apartamento, encantados, maravillados, llenos de Dios, de una experiencia irrepetible, juntos los tres..
y a dormir por el cansancio del viaje y de tantas emociones

A la mañana siguiente, desayunamos en nuestro apartamento y salimos a pasear por un mercado típico francés compramos algunas cosas ricas de comer como un puré de patatas con queso calentito, pan, fuimos a Misa
y de vuelta para casa...

¡Qué fin de semana más maravilloso, quiero darles las gracias a mi mujer Pilar y a mi hijo Diego por ese regalo tan tan bonito, no lo olvidaré mientras viva y espero haber podido transmitir un poco esas sensaciones que vivimos......
Gracias por leerme