viernes, 24 de marzo de 2017

 EL “PILAR QUE SOSTIENE MI VIDA” MI MUJER, PILAR

Érase una vez...así empiezan todos los cuentos. Y lo que a continuación os voy a contar es eso en muchos momentos, como un cuento.
Yo estaba ayudando en una parroquia de Barcelona a un sacerdote, que me había pedido ayuda, el padre  Esteban. Yo estaba pasando por un momento no muy bueno. Vivía solo y económicamente iba justísimo, por no decir que iba mal. El me ofreció ayuda económica y yo a cambio le ofrecí mi ayuda. Llegué a una parroquia con poquita gente, algún niño y algún joven. Mi tarea era organizar todo aquello, darle un poco de forma a lo que había. Tuve toda su confianza para hacer los cambios que estimara oportunos. Llegué, como siempre con mi guitarra, y dispuesto a gastar mis energías en ese proyecto. Poco a poco, aquello tomaba forma, una reunión de jóvenes, un club infantil, un coro de guitarras…
Lo pasaba genial e hicimos un grupo que aún hoy nos vemos o nos hablamos y ninguno de nosotros ha podido olvidar aquella aventura. Hacíamos excursiones, cenas, fiestas, convivencias y muchas cosas más….
Un día​, el padre Esteban me comentó que había visto a una chica en las misas de diario, que le parecía buena chica, que por qué no la invitaba al grupo. Me puse manos a la obra, y en cuanto la vi, la invité. Me pareció una chica muy maja, simpática y agradable. Me dijo que vendría sin problema y ahí empezó nuestra relación como amigos. Pasábamos el tiempo entre los chicos, los niños, además cantaba bien y tocaba la guitarra como yo. Había sido muchos años monitora de niños y jóvenes en campamentos en Aneto, malagueña y con un curriculum que quita el sentido. Recuerdo que cuando le preguntaba, ella con su humildad característica, me decía lo justito, doctora en bioquímica y biología molecular. Estaba alucinando. En el medio en el que yo me movía estaba rodeado de gente súper trabajadora, amigos con carrera de magisterio, etc.. pero una Doctora, eso me imponía.
Se encargaba conmigo de organizarlo todo. Eran famosas nuestras reuniones con el Padre Esteban hasta las tantas decidiendo cosas. Aquella chica me iba cayendo fenomenal. Guapa, simpática, culta, divertida, sabía coser, cocinar, cantar...Demasiada perfección? Sería una chica real?
Poco a poco pasaba el tiempo y mi relación con Pilar era cada vez más estrecha. Quedábamos para comer o cenar y organizábamos cosas y charlábamos de nuestras cosas.
Me contaba su pasado, me hablaba de su familia, en fin de todo lo que le gustaba y preocupaba. Y yo que siempre me he considerado Superman al rescate, le ayudaba con mis consejos lo que podía.
He de reconocer que aquella relación cada vez era más y más satisfactoria. Empezaba  a ver a Pilar de una manera diferente. Por la noche la acompañaba a su portería para que no fuese sola y ya empezaba yo a ver sonrisillas en aquellos jóvenes del grupo que tan bien me conocían.
Años después, nos reconocían que veían que hacíamos buena pareja.
Confieso que estaba deseando que hubiese alguna actividad o reunión para encontrarme con ella. Me sentía tan a gusto. Parecía que la conocía de toda la vida. Era un sentimiento muy nuevo en mí, parecía un adolescente cuando ya era yo un chico con algún espolón.
Pasaba el tiempo, un tiempo que siempre recordaré con mucho cariño, porque me lo pasé tan bien, y viendo que la relación que yo tenía con aquella chica era tan especial que empecé a plantearme la seria decisión de pedirle que fuese mi novia. Qué nervios!!!
En mi imaginación empezaba a cavilar cómo podría ser esa relación, ella estaba aquí en Barcelona por un tiempo limitado, no sabía a dónde se marcharía después, ya teníamos una edad….que darle vueltas y vueltas a mi cabeza. Lo empecé a comentar con algún amigo muy muy cercano que la conocía también y ellos me animaban a dar el paso.
Llegó Semana Santa y nunca en momento más oportuno, yo la viví de una manera muy especial. En cada acto que hacía junto a Pilar yo la miraba y me sentía enamorado, pero con un miedo atroz a ser rechazado si le mostraba mis sentimientos. Creo que pocas veces he rezado tanto y con tanta devoción como aquella Semana Santa, le pedía a Dios una señal, qué tenía que hacer.
Se lo decía, no se lo decía...ya no podía aguantar más. Toda la vida me he dejado llevar cuando he visto un impulso muy fuerte en dirección a algo. Ésa es la señal que esperaba de mi Jesús, un soplido tan fuerte que no podía replegar las velas, tenía que seguir navegando. Y eso hice. Yo creo que hubiese sido un buen militar estratega. Ideé un plan para quedarme a solas con Pilar en un sitio más o menos bonito y allí le abriría mi corazón. Teníamos pendiente una excursión con los chicos y como hacía siempre, me gustaba ir a mí primero para comprobar que el sitio estaba bien, el transporte, instalaciones. Ese era el día escogido. Le pedí a Pilar que si me quería acompañar y me dijo que sí. Vallvidriera era el lugar de cuyo nombre sí quiero acordarme, por aquello que soy manchego y don Quijote.  Nos fuimos juntos a estudiar el lugar, me sudaban las manos, tenía que hacer verdaderos esfuerzos para disimular mi nerviosismo, según me dijo ella, muy bien disimulado, no  me notó nada.  Cuando íbamos subiendo la cuesta para llegar al lago, se lo solté. Entre la subida y mis nervios me faltaba el aliento, creo que me entendió, porque  habla varios idiomas, no sería por mi grandilocuencia. Me gustas, le solté, estoy muy a gusto contigo y me gustaría que esta relación fuese a más. Ella con esa sencillez que le acompaña siempre, me dijo que no se esperaba que yo me declarase, pero que ella también estaba muy a gusto conmigo y que podíamos probar e ir viendo poco a poco qué rumbo iba a tomar esa relación… Yo levitaba, no me lo creía, me había dicho que sí.
Haced conmigo un ejercicio que es sanísimo, pensad cada uno de vosotros cuando os ha pasado algo así…piensa en ese momento y luego mira a esa persona que está contigo.  Ha pasado el tiempo, sí, muchas circunstancias, sufrimientos, etc. Pero qué bien te sentiste, intentemos recuperar esas ilusiones. Es verdad que no será igual, pero os aseguro que es como tomar una bocanada de aire puro, llenarte los pulmones y volver a retomar la vida que queda con esa persona tan especial.
Retomo el tema que me voy de la cocina al comedor con una facilidad pasmosa.
Me había dicho SÍ. Me llovieron de golpe miles de dudas, cómo hago?, cómo empezamos esto?, cómo se lo tomaran nuestras familias?, y los chicos del grupo….en fin era todo muy nuevo.  Nos sentamos en un bar en el mismo parque y allí empezamos a hablar de nosotros, se nos pasaron las horas rápidamente. Pilar tiene una forma tan, como decirlo, tan bonita de contar la cosas, con sus argumentos, con sus palabras justas, que estaba boquiabierto. La invité a comer algo en un restaurante cerca de la parroquia “La Lola”. Un sitio donde se come barato, bien y con mucha variedad. Seguimos hablando, explicándonos nuestras cosas. Qué rápido se me pasó el día 03 de Abril de 1999.
Cuando llegó la tarde noche, la acompañé a su portería, me despedí de ella con un beso en la mejilla y me marché a mi casa. El metro se me quedó corto, las escaleras no recuerdo ni cómo las subí, seguramente en mi nube. Me tenía que frotar los ojos, no estaba soñando, era real, esa chica tan especial me había dado esperanzas, esa noche dormí como hacía muchos años que no dormía.
Cuando me desperté al día siguiente, lo primero que hice fue llamarla por teléfono. Sí, he de confesar que lo hice para asegurarme que ella no se había echado atrás de aquella decisión del día anterior.
Creo que esperé unos días y  luego llamé a mis padres para darle la noticia. Mi madre estaba encantada. Llevaba no sé cuánto tiempo rezándole a la Virgen para que encontrase una buena mujer. Después fui a buscar a Pilar y juntos fuimos a la parroquia a decírselo al padre que nos había presentado.” Yo ya veía que esto era una buena cosa”, nos comentó y nos dio su bendición. También se lo comentamos al grupo de jóvenes que se pusieron súper contentos, decían que éramos el uno para el otro.
Y empezamos a salir como una pareja de novios, a pasear, a merendar, pero seguíamos comprometidos con los jóvenes y con nuestras tareas. En nuestra relación ya veréis que hay varios denominadores comunes, uno es los largos paseos charlando.
Los que la conocéis no os descubro nada, pero a los que no, os tengo que decir que vale la pena charlar con Pilar aunque sea un rato. Cómo dicen los buenos periodistas, siempre le vas a sacar un titular. No me iba a casa ni un día sin haber aprendido algo, era como pasear con una enciclopedia con patas, sabe de todo, pero sin prepotencia.
Me contó una cosa que vale explicarla un poco como anécdota. NO TENÍA TELEVISIÓN. Queeeé?, Si como lo oyes, hace años que no tengo televisión. Recuerdo que la miré como se mira un espejismo en el desierto, pero de dónde sales Pilar, se puede vivir sin tele? Os recuerdo por si acaso que el año 1999 no había móviles última generación, internet sólo los privilegiados y creo que ni esos. Me salió la vena musical y cómo si de José Luis Perales se tratase le pregunté: A que dedicas el tiempo libre? Tardó poco en contestarme. Leo, cocino, coso, hago manualidades, rezo, duermo, paseo, hago tartas, escribo cartas, trabajo pero no tengo tele.
Doy fe que yo la veía muy feliz, sin ninguna necesidad de nada.
A medida que iba pasando el tiempo nos íbamos conociendo más. Pilar, era y es la persona más auténtica que haya​ conocido jamás. Podrás o no estar de acuerdo con ella, pero es una persona, integra hasta la médula. Y en muchos pasajes la iréis conociendo.
Estaba en paro, había acabado su contrato como investigadora en el CSIC y estaba esperando noticias de una señora francesa para una plaza de investigación en Francia.
Antes de seguir la historia hay dos acontecimientos que os tengo que contar de la vida de Pilar, para que sigáis bien el hilo. Dos cosas que a ella le han marcado en la vida y años más tarde nos han marcado a nuestra familia.
Pilar había trabajado unos años como investigadora en Niza, en cosas de cáncer y así. Ahí empezó su amor por Francia. Me contaba lo bonita que es Niza, sus playas, sus montañas.
También lo duro de estar lejos de casa, en otro país, con la dificultad del idioma. Pero trabajando en lo que le gustaba, investigar, sus celulitas como ella les llama.
El segundo acontecimiento que os tengo que contar es que a Pilar le detectaron un tumor en una mama. Ella era personal de riesgo, trabajaba con radioactividad. En una revisión que ella misma se hacía, se notó un bultito que en seguida fue diagnosticado, un tumor bastante agresivo y había que operarlo cuanto antes. Y así fue. En apenas 5 días la operaron y, seguidamente, radio y quimio. Me cuenta muchos detalles de lo que sentía.  Que ojalá ella  plasme algún día en unas hojas como estoy haciendo yo. Pero Pilar es mucha Pilar, en su laboratorio hubo muchos que no se enteraron. Le daban quimio, lo pasaba mal dos o tres días y se iba a trabajar como si nada. Qué fortaleza, de cuerpo, pero sobretodo de mente. Qué fe, inquebrantable. Afrontó todos estos acontecimientos, sola, bueno sola no, con su Santa Teresita de Lisieux, de la que tanto me hablaba y que ahora preside nuestra familia.
Su madre fue a estar todo el tiempo con ella y me consta que también algún hermano suyo, creo que Rafa, que es médico, e Inma también pasó por allí. He de decir que Pilar tiene 7 hermanos, a cual más bueno.
Vuelvo a coger el otro hilo pero me parecía importante explicar esto para saber enmarcar bien las cosas.
Llevábamos casi tres meses saliendo cuando me da la noticia. Le había llegado una carta que estaba esperando hacia mucho, antes de salir conmigo. Tenía una plaza en el CEA de Paris, con un contrato en un proyecto de la Comisión Europea. Se marchaba en una semana.
Voy a decir una frase muy de Pilar: “Horror y Vituperio”!!  Pensé yo. Que te tienes que marchar a Paris? Ahora? Y nosotros qué? Pero los dos sabíamos que era una oportunidad que ella estaba esperando y yo no podía ser egoísta.
Me sentía como el príncipe en el cuento de Cenicienta. Pilar se iba corriendo después de un “baile fantástico” y qué pasaría después. Menos mal que yo sabía de quien era el zapato y dónde vivía aquella princesa.
Y cómo haríamos para seguir manteniendo una relación a distancia? Yo no había salido jamás de España, ni idea de francés y el que sabía, obsoleto. Vendría ella?
Llegó el día, la acompañé al aeropuerto, me despedí con una pena muy honda y todo lo puse en los brazos de Dios y de santa Teresita de Lisieux que como era francesa le pedí mucho que la cuidara.
No sabía dónde iba a vivir, en principio tenía allí una amiga, Virginie, pero no era seguro. Me monté en el coche y lo confieso lloré como un niño. Era mi amor y se había ido. Sólo podía esperar. Pasaron varios días hasta que tuve noticias de ella. Vivía en un hotel en pueblito a las afueras de Paris y había comenzado a trabajar, todo era muy nuevo para ella, pero una vez más su fortaleza.
Decidimos llamarnos de vez en cuando y escribirnos cartas, sí, ese papel escrito de puño y letra que las nuevas generaciones no saben qué es. Qué cartas más bonitas, todavía las conservamos, ella las que yo le enviaba y yo las que me enviaba ella. Eran preciosas, estaba deseando que llegasen noticias suyas.
También hablábamos muchooo por teléfono, que facturones!!!. Cada día hablábamos aunque fuese un ratito, para mí era tan pequeño. Colgaba el teléfono con ese dialogo que todos hemos tenido con la persona a la que amas: Anda cuelga tú!, No tú!  Los dos  a la vez!....
Y seguía teniendo a mi “cosi” a 1200 km de distancia en otro país.
En una de las llamadas diarias, pilar me anunciaba que venía a verme a Barcelona, no me podía dar mejor noticia. Pilar era real, podríamos estar de nuevo juntos. Qué ilusión, qué bonito. Sólo un pero, no sé cómo se tuvo que sentir, pero le hice un interrogatorio que ni  a los presos de Guantánamo.
Pero era la primera vez que nos veíamos después de tiempo y tenía una necesidad imperiosa de saber cómo estaba, si lo nuestro era real. Estuvo apenas unos días y volvió a marchar, eso sí, con la promesa de que cada mes viajaríamos o yo a Paris o ella a Barcelona.
La siguiente vez tomé la decisión de ir a verla yo. No había salido nunca de España, ni idea de francés. Pero ay, amigo, lo que tira el amor.
Pilar se dejó aquí su maravilloso Seat Marbella, que yo cuidaba como un tesoro, era parte de ella. Cuando ya estaba instalada, hablamos de cómo hacer para que ella tuviese su coche allí en Paris para ir a trabajar. Enseguida, cual superhéroe, me brindé a llevárselo adonde me pidiera. Quedamos en vernos en Perpiñán. Ella vendría en el TGV (AVE francés) y yo subiría con el coche hasta allí. Qué nervios para pasar la frontera! Y si me paran los gendarmes franceses? Me preguntaba yo, cómo hacerme entender. Menos mal que Pilar tan previsora como siempre, me mandó una carta con su DNI y el mío y una autorización a conducir su coche, por si me paraban. Al fin pasé la frontera. Qué descanso! Pero a la vez, qué nervios de estar en un país extranjero sin tener ni idea de nada. Llevaba todos los deberes hechos, carreteras, ruta (sin Tom Tom claro, en esa época…). Pero había descuidado un pequeño detalle: cómo se dice estación de tren en francés? Gare, me costó pero al final, llegué al destino, la estación de tren de  Perpiñán. Qué alegría volver a verla! Qué alegría, estaba salvado!
Nos montamos los dos en su coche y cogimos rumbo a Paris, eso sí pasando primero por Ars, del famoso santo Cura de Ars, allí comimos entre maizales gigantes. Me subí encima del techo del coche y aun así el maíz, era más alto.
Qué viaje más bonito, fuimos hablando todo el camino, escuchando música, descubriendo yo un país que me fascina, encantador, rural...Un país al que no hemos dejado de volver cada año. Estaba enamorado de Pilar y me estaba enamorando de Francia.
Llegamos por la tarde noche a París. Estaba alucinado, apenas pude ver la torre Eiffiel, el Sena, el arco de Triunfo. Era muy tarde y yo tenía reservada una habitación en una residencia de estudiantes católicos junto a una iglesia, Santa Rita y tenía que quedarme allí a dormir mientras que Pilar se marchó a su apartamento. Pilar vivía en un pueblo a las afueras de París, Fontenay-Aux-Roses. Un pueblo muy bonito, lleno de casas preciosas, jardines verdes, frondosos y una tranquilidad a la que yo no estaba acostumbrado. Al día siguiente, hicimos la típica excursión por todo París. Los monumentos típicos​, por la tarde un paseo por el Sena, en un bateau mouche, los famosos barcos que recorren el río Sena. Eran indescriptibles mis sentimientos. Estaba tan a gusto en aquella ciudad, tan bonita, con la persona que  a la que amaba, la ciudad del amor y de la luz. Estaba enamorado de las dos.
Cuántos paseos por esa ciudad, qué caminatas, los tres días que estuve los aprovechamos al máximo. Acabábamos muchas veces el día, yendo a Misa al Sacré Coeur, por la noche y rezo de Vísperas.
Pero como todo lo bueno, llega un día que se acaba y tuve que volver. Pero me llevaba una relación más consolidada y muchos aprendizajes de vida. Allí descubrí que mucha gente vivía de una manera sencilla, sin estar pendientes de lo que hacen los demás, haciendo una vida distinta a la que yo estaba acostumbrado, otro horario, otras comidas, otra forma de hacer.
Nos íbamos turnando, unas veces venía Pilar y otras iba yo. Durante las estancias de Pilar aquí, seguíamos haciendo vida de novios y colaborando en la parroquia y cuando iba yo me dedicaba a pasear, ver la tele en francés, a esperar… sí, a esperar porque Pilar se marchaba a trabajar y yo me quedaba allí sólo esperando que acabase, no siempre tenía días de fiesta o vacaciones.
Poco a poco nuestra relación era cada vez más sólida, y ya hablábamos de casarnos. Cuando las circunstancias, los trabajos etc. lo permitieran.
Otro detalle para que conozcáis más a Pilar: en uno de mis viajes a verla, me vino a buscar al aeropuerto de Orly en París. Cuando salía de la sala donde se recogen las maletas, allí estaba ella, con unas flores muy bonitas. Nunca me habían recibido con flores. Yo un tío de pelo en pecho recibido con flores. Me encantó. Me sentí afortunado de tener a mi lado una persona como ella. Una vez más me enseñaba algo nuevo. La sencillez y la belleza de unas flores. En ese momento me pareció el mejor regalo que se le puede hacer a una persona, hombre o mujer.
Durante el tiempo que duró su estancia en París y yo viajaba a verla me llevó a ver cosas muy bonitas. En mis relatos me dejo llevar mucho por los olores, ellos me traen recuerdos.
Francia, olía, a queso, a mercadillos los Domingos, de fruta fresca, de especias, de flores, a lluvia, a pan exquisito, a dulce. Qué pastelerías! Mon Dieu! Conocí mucha gente amable, su gastronomía, no tendría páginas suficientes para narrarlas. Otra vez me sentía como en un cuento de hadas.
A finales del año 2000 a Pilar se le acababa el contrato y el dinero de la CEE, su decisión fue volver a España, esperando una​ plaza de profesor en la Universidad de La Mancha.
Era la hora de ir preparando ese ansiado camino de vivir juntos para siempre. Estuvimos esperando unos papeles, aclarando dónde vivir y algunas cosas más y por fin la decisión estaba tomada. Nos casaríamos el 25 de Agosto del 2001!
Qué ilusión! Los preparativos de la boda fueron sencillos, pero dignos de mención. Sólo queríamos gastar lo que teníamos ahorrado, sin endeudarnos, ni hacer una súper boda.
La despedida de solteros, nos la organizaron conjunta. Fue una excursión a Sant Martí de Sarroca, nuestro amigo Muriana se había ocupado de organizarla y nos llevaron allí con los ojos vendados. Nos lo pasamos muy bien. Yo tuve que escribirle una poesía en un rollo de papel higiénico y ella buscar flores para mí.
La iglesia escogida para casarnos fue en S. Mateo, en ese momento estábamos colaborando allí. Ninguna catedral, ni Iglesia de película, los bajos de un edificio, así es la iglesia. Pero lo importante no es el continente si no el contenido. Los jóvenes y algunos amigos nos compusieron una canción y nos la cantaron, qué llorera!! Decía: Con amor y confianza…. Ese era el resumen de nuestro noviazgo.
El convite en una cava, y la comida, sencilla, sin mesas pensadas, todos con todos.
Vino toda la familia de Pilar, toda mi familia y muchos amigos nuestros. Fue un día maravilloso. Nos casamos y prometimos pasar juntos el resto de nuestras vidas.
Seguro que acertáis sobre dónde nos fuimos de luna de miel. Sí, acertasteis: a Francia. Habíamos hecho una promesa. El ramo de novia se lo llevaríamos adonde está enterrada Sta. Teresita de Lisieux. En Normandía. Y hasta allí llegamos. Después de ver cosas muy bonitas llegamos a nuestro destino y allí entregamos el ramo y juntos rezamos para pedirle que nos ayudara a ser buenos esposos y en el futuro buenos padres. Y seguimos nuestro viaje por Normandía y Bretaña.
Y así empezó nuestra nueva vida como matrimonio. Ahora teníamos que tomar otra dificilísima decisión. Como recordáis Pilar había sufrido un cáncer de mama. Su oncóloga antes de casarnos le había querido prohibir  tener niños, pero ella quería intentar tener aunque fuese uno solo y así me lo propuso. Una vez más a confiar en la divina providencia, a ponernos en manos de Dios.
El embarazo tuvo sus más y sus menos, sus grandes discusiones con su oncóloga, que estaba disgustadísima del embarazo de Pilar. Pero exactamente 9 meses después de nuestra boda, llegó Diego  a este mundo. Una bendición de Dios para los dos. Un niño sanísimo y Pilar pasó con nota alta su cesárea. Yo estaba allí. Nuestro doctor y amigo Xavier Buxó me dejó estar. Y vi como nuestro hijo asomaba su cabecita por la barriga de Pilar.
Otra gran lección de esta gran mujer que es Pilar. Sencilla, persona que  acepta la vida como viene, que no se esconde, valiente, decidida con tesón. Buena esposa, buena madre, amiga de sus amigos, culta, entregada…no acabaría con los adjetivos.
Habría para escribir un capítulo más del día a día de Pilar. Tengo que darle muchas gracias a Dios por tenerla a mi lado.
Para acabar quiero daros un consejo, aunque sé que no me lo habéis pedido. Si os encontráis por ahí a Pilar, hablad con ella, intentad conocerla, vale la pena. Os lo aseguro.
Pilarcita te quiero con toda mi alma
Que santa Teresita nos siga guiando!!!!

Un beso, Mon Amour!


martes, 21 de marzo de 2017



A todos los que me estáis preguntando. Cada semana publicaré un escrito. Entre Viernes o fin de semana. ya tengo alguno escrito, pero creo que como en todo, la dosis ha de ser la adecuada. No sea que los efectos secundarios superen a los beneficios. Además estamos todos muy ocupados con muchas cosas. Gracias



Quiero agradecer de corazón a todos aquellos que dedicáis aunque sea un segundo a leer lo que escribo. Desde que empecé me están pasando cosas muy bonitas. Vuestras opiniones,llamadas de algunos, encuentros con otros. Está dando pie a tantas conversaciones bonitas. El bien que me hace cuando me comentáis lo que vivís y recordáis después de leer lo que escribo, me paga con creces el tiempo que le dedico. Las personas merecen muy mucho la pena! hay esperanza. un abrazo a todos