EL “PILAR
QUE SOSTIENE MI VIDA” MI MUJER, PILAR
Érase una vez...así empiezan todos
los cuentos. Y lo que a continuación os voy a contar es eso en muchos momentos,
como un cuento.
Yo estaba ayudando en una parroquia
de Barcelona a un sacerdote, que me había pedido ayuda, el padre Esteban. Yo estaba pasando por un momento no
muy bueno. Vivía solo y económicamente iba justísimo, por no decir que iba mal.
El me ofreció ayuda económica y yo a cambio le ofrecí mi ayuda. Llegué a una
parroquia con poquita gente, algún niño y algún joven. Mi tarea era organizar
todo aquello, darle un poco de forma a lo que había. Tuve toda su confianza
para hacer los cambios que estimara oportunos. Llegué, como siempre con mi
guitarra, y dispuesto a gastar mis energías en ese proyecto. Poco a poco,
aquello tomaba forma, una reunión de jóvenes, un club infantil, un coro de
guitarras…
Lo pasaba genial e hicimos un grupo
que aún hoy nos vemos o nos hablamos y ninguno de nosotros ha podido olvidar aquella
aventura. Hacíamos excursiones, cenas, fiestas, convivencias y muchas cosas más….
Un día, el padre Esteban me comentó
que había visto a una chica en las misas de diario, que le parecía buena chica,
que por qué no la invitaba al grupo. Me puse manos a la obra, y en cuanto la
vi, la invité. Me pareció una chica muy maja, simpática y agradable. Me dijo
que vendría sin problema y ahí empezó nuestra relación como amigos. Pasábamos
el tiempo entre los chicos, los niños, además cantaba bien y tocaba la guitarra
como yo. Había sido muchos años monitora de niños y jóvenes en campamentos en
Aneto, malagueña y con un curriculum que quita el sentido. Recuerdo que cuando
le preguntaba, ella con su humildad característica, me decía lo justito,
doctora en bioquímica y biología molecular. Estaba alucinando. En el medio en
el que yo me movía estaba rodeado de gente súper trabajadora, amigos con
carrera de magisterio, etc.. pero una Doctora, eso me imponía.
Se encargaba conmigo de organizarlo
todo. Eran famosas nuestras reuniones con el Padre Esteban hasta las tantas
decidiendo cosas. Aquella chica me iba cayendo fenomenal. Guapa, simpática,
culta, divertida, sabía coser, cocinar, cantar...Demasiada perfección? Sería
una chica real?
Poco a poco pasaba el tiempo y mi
relación con Pilar era cada vez más estrecha. Quedábamos para comer o cenar y
organizábamos cosas y charlábamos de nuestras cosas.
Me contaba su pasado, me hablaba de
su familia, en fin de todo lo que le gustaba y preocupaba. Y yo que siempre me
he considerado Superman al rescate, le ayudaba con mis consejos lo que podía.
He de reconocer que aquella relación
cada vez era más y más satisfactoria. Empezaba
a ver a Pilar de una manera diferente. Por la noche la acompañaba a su
portería para que no fuese sola y ya empezaba yo a ver sonrisillas en aquellos
jóvenes del grupo que tan bien me conocían.
Años después, nos reconocían que
veían que hacíamos buena pareja.
Confieso que estaba deseando que
hubiese alguna actividad o reunión para encontrarme con ella. Me sentía tan a
gusto. Parecía que la conocía de toda la vida. Era un sentimiento muy nuevo en
mí, parecía un adolescente cuando ya era yo un chico con algún espolón.
Pasaba el tiempo, un tiempo que
siempre recordaré con mucho cariño, porque me lo pasé tan bien, y viendo que la
relación que yo tenía con aquella chica era tan especial que empecé a
plantearme la seria decisión de pedirle que fuese mi novia. Qué nervios!!!
En mi imaginación empezaba a cavilar
cómo podría ser esa relación, ella estaba aquí en Barcelona por un tiempo
limitado, no sabía a dónde se marcharía después, ya teníamos una edad….que
darle vueltas y vueltas a mi cabeza. Lo empecé a comentar con algún amigo muy
muy cercano que la conocía también y ellos me animaban a dar el paso.
Llegó Semana Santa y nunca en
momento más oportuno, yo la viví de una manera muy especial. En cada acto que
hacía junto a Pilar yo la miraba y me sentía enamorado, pero con un miedo atroz
a ser rechazado si le mostraba mis sentimientos. Creo que pocas veces he rezado
tanto y con tanta devoción como aquella Semana Santa, le pedía a Dios una
señal, qué tenía que hacer.
Se lo decía, no se lo decía...ya no
podía aguantar más. Toda la vida me he dejado llevar cuando he visto un impulso
muy fuerte en dirección a algo. Ésa es la señal que esperaba de mi Jesús, un
soplido tan fuerte que no podía replegar las velas, tenía que seguir navegando.
Y eso hice. Yo creo que hubiese sido un buen militar estratega. Ideé un plan
para quedarme a solas con Pilar en un sitio más o menos bonito y allí le
abriría mi corazón. Teníamos pendiente una excursión con los chicos y como
hacía siempre, me gustaba ir a mí primero para comprobar que el sitio estaba
bien, el transporte, instalaciones. Ese era el día escogido. Le pedí a Pilar
que si me quería acompañar y me dijo que sí. Vallvidriera era el lugar de cuyo
nombre sí quiero acordarme, por aquello que soy manchego y don Quijote. Nos fuimos juntos a estudiar el lugar, me
sudaban las manos, tenía que hacer verdaderos esfuerzos para disimular mi
nerviosismo, según me dijo ella, muy bien disimulado, no me notó nada.
Cuando íbamos subiendo la cuesta para llegar al lago, se lo solté. Entre
la subida y mis nervios me faltaba el aliento, creo que me entendió,
porque habla varios idiomas, no sería
por mi grandilocuencia. Me gustas, le solté, estoy muy a gusto contigo y me
gustaría que esta relación fuese a más. Ella con esa sencillez que le acompaña
siempre, me dijo que no se esperaba que yo me declarase, pero que ella también
estaba muy a gusto conmigo y que podíamos probar e ir viendo poco a poco qué
rumbo iba a tomar esa relación… Yo levitaba, no me lo creía, me había dicho que
sí.
Haced conmigo un ejercicio que es
sanísimo, pensad cada uno de vosotros cuando os ha pasado algo así…piensa en
ese momento y luego mira a esa persona que está contigo. Ha pasado el tiempo, sí, muchas circunstancias,
sufrimientos, etc. Pero qué bien te sentiste, intentemos recuperar esas
ilusiones. Es verdad que no será igual, pero os aseguro que es como tomar una
bocanada de aire puro, llenarte los pulmones y volver a retomar la vida que
queda con esa persona tan especial.
Retomo el tema que me voy de la
cocina al comedor con una facilidad pasmosa.
Me había dicho SÍ. Me llovieron de
golpe miles de dudas, cómo hago?, cómo empezamos esto?, cómo se lo tomaran
nuestras familias?, y los chicos del grupo….en fin era todo muy nuevo. Nos sentamos en un bar en el mismo parque y
allí empezamos a hablar de nosotros, se nos pasaron las horas rápidamente.
Pilar tiene una forma tan, como decirlo, tan bonita de contar la cosas, con sus
argumentos, con sus palabras justas, que estaba boquiabierto. La invité a comer
algo en un restaurante cerca de la parroquia “La Lola”. Un sitio donde se come
barato, bien y con mucha variedad. Seguimos hablando, explicándonos nuestras cosas.
Qué rápido se me pasó el día 03 de Abril de 1999.
Cuando llegó la tarde noche, la
acompañé a su portería, me despedí de ella con un beso en la mejilla y me
marché a mi casa. El metro se me quedó corto, las escaleras no recuerdo ni cómo
las subí, seguramente en mi nube. Me tenía que frotar los ojos, no estaba
soñando, era real, esa chica tan especial me había dado esperanzas, esa noche
dormí como hacía muchos años que no dormía.
Cuando me desperté al día siguiente,
lo primero que hice fue llamarla por teléfono. Sí, he de confesar que lo hice
para asegurarme que ella no se había echado atrás de aquella decisión del día
anterior.
Creo que esperé unos días y luego llamé a mis padres para darle la
noticia. Mi madre estaba encantada. Llevaba no sé cuánto tiempo rezándole a la
Virgen para que encontrase una buena mujer. Después fui a buscar a Pilar y
juntos fuimos a la parroquia a decírselo al padre que nos había presentado.” Yo
ya veía que esto era una buena cosa”, nos comentó y nos dio su bendición.
También se lo comentamos al grupo de jóvenes que se pusieron súper contentos,
decían que éramos el uno para el otro.
Y empezamos a salir como una pareja
de novios, a pasear, a merendar, pero seguíamos comprometidos con los jóvenes y
con nuestras tareas. En nuestra relación ya veréis que hay varios denominadores
comunes, uno es los largos paseos charlando.
Los que la conocéis no os descubro
nada, pero a los que no, os tengo que decir que vale la pena charlar con Pilar
aunque sea un rato. Cómo dicen los buenos periodistas, siempre le vas a sacar
un titular. No me iba a casa ni un día sin haber aprendido algo, era como
pasear con una enciclopedia con patas, sabe de todo, pero sin prepotencia.
Me contó una cosa que vale
explicarla un poco como anécdota. NO TENÍA TELEVISIÓN. Queeeé?, Si como lo oyes,
hace años que no tengo televisión. Recuerdo que la miré como se mira un
espejismo en el desierto, pero de dónde sales Pilar, se puede vivir sin tele?
Os recuerdo por si acaso que el año 1999 no había móviles última generación,
internet sólo los privilegiados y creo que ni esos. Me salió la vena musical y
cómo si de José Luis Perales se tratase le pregunté: A que dedicas el tiempo
libre? Tardó poco en contestarme. Leo, cocino, coso, hago manualidades, rezo,
duermo, paseo, hago tartas, escribo cartas, trabajo pero no tengo tele.
Doy fe que yo la veía muy feliz, sin
ninguna necesidad de nada.
A medida que iba pasando el tiempo
nos íbamos conociendo más. Pilar, era y es la persona más auténtica que haya
conocido jamás. Podrás o no estar de acuerdo con ella, pero es una persona,
integra hasta la médula. Y en muchos pasajes la iréis conociendo.
Estaba en paro, había acabado su
contrato como investigadora en el CSIC y estaba esperando noticias de una
señora francesa para una plaza de investigación en Francia.
Antes de seguir la historia hay dos
acontecimientos que os tengo que contar de la vida de Pilar, para que sigáis
bien el hilo. Dos cosas que a ella le han marcado en la vida y años más tarde
nos han marcado a nuestra familia.
Pilar había trabajado unos años como
investigadora en Niza, en cosas de cáncer y así. Ahí empezó su amor por
Francia. Me contaba lo bonita que es Niza, sus playas, sus montañas.
También lo duro de estar lejos de
casa, en otro país, con la dificultad del idioma. Pero trabajando en lo que le
gustaba, investigar, sus celulitas como ella les llama.
El segundo acontecimiento que os
tengo que contar es que a Pilar le detectaron un tumor en una mama. Ella era
personal de riesgo, trabajaba con radioactividad. En una revisión que ella
misma se hacía, se notó un bultito que en seguida fue diagnosticado, un tumor
bastante agresivo y había que operarlo cuanto antes. Y así fue. En apenas 5
días la operaron y, seguidamente, radio y quimio. Me cuenta muchos detalles de
lo que sentía. Que ojalá ella plasme algún día en unas hojas como estoy
haciendo yo. Pero Pilar es mucha Pilar, en su laboratorio hubo muchos que no se
enteraron. Le daban quimio, lo pasaba mal dos o tres días y se iba a trabajar
como si nada. Qué fortaleza, de cuerpo, pero sobretodo de mente. Qué fe,
inquebrantable. Afrontó todos estos acontecimientos, sola, bueno sola no, con
su Santa Teresita de Lisieux, de la que tanto me hablaba y que ahora preside
nuestra familia.
Su madre fue a estar todo el tiempo
con ella y me consta que también algún hermano suyo, creo que Rafa, que es
médico, e Inma también pasó por allí. He de decir que Pilar tiene 7 hermanos, a
cual más bueno.
Vuelvo a coger el otro hilo pero me
parecía importante explicar esto para saber enmarcar bien las cosas.
Llevábamos casi tres meses saliendo
cuando me da la noticia. Le había llegado una carta que estaba esperando hacia
mucho, antes de salir conmigo. Tenía una plaza en el CEA de Paris, con un
contrato en un proyecto de la Comisión Europea. Se marchaba en una semana.
Voy a decir una frase muy de Pilar: “Horror
y Vituperio”!! Pensé yo. Que te tienes
que marchar a Paris? Ahora? Y nosotros qué? Pero los dos sabíamos que era una
oportunidad que ella estaba esperando y yo no podía ser egoísta.
Me sentía como el príncipe en el
cuento de Cenicienta. Pilar se iba corriendo después de un “baile fantástico” y
qué pasaría después. Menos mal que yo sabía de quien era el zapato y dónde
vivía aquella princesa.
Y cómo haríamos para seguir manteniendo
una relación a distancia? Yo no había salido jamás de España, ni idea de francés
y el que sabía, obsoleto. Vendría ella?
Llegó el día, la acompañé al aeropuerto,
me despedí con una pena muy honda y todo lo puse en los brazos de Dios y de
santa Teresita de Lisieux que como era francesa le pedí mucho que la cuidara.
No sabía dónde iba a vivir, en
principio tenía allí una amiga, Virginie, pero no era seguro. Me monté en el
coche y lo confieso lloré como un niño. Era mi amor y se había ido. Sólo podía
esperar. Pasaron varios días hasta que tuve noticias de ella. Vivía en un hotel
en pueblito a las afueras de Paris y había comenzado a trabajar, todo era muy
nuevo para ella, pero una vez más su fortaleza.
Decidimos llamarnos de vez en cuando
y escribirnos cartas, sí, ese papel escrito de puño y letra que las nuevas
generaciones no saben qué es. Qué cartas más bonitas, todavía las conservamos,
ella las que yo le enviaba y yo las que me enviaba ella. Eran preciosas, estaba
deseando que llegasen noticias suyas.
También hablábamos muchooo por
teléfono, que facturones!!!. Cada día hablábamos aunque fuese un ratito, para
mí era tan pequeño. Colgaba el teléfono con ese dialogo que todos hemos tenido
con la persona a la que amas: Anda cuelga tú!, No tú! Los dos
a la vez!....
Y seguía teniendo a mi “cosi” a 1200
km de distancia en otro país.
En una de las llamadas diarias, pilar
me anunciaba que venía a verme a Barcelona, no me podía dar mejor noticia.
Pilar era real, podríamos estar de nuevo juntos. Qué ilusión, qué bonito. Sólo
un pero, no sé cómo se tuvo que sentir, pero le hice un interrogatorio que
ni a los presos de Guantánamo.
Pero era la primera vez que nos
veíamos después de tiempo y tenía una necesidad imperiosa de saber cómo estaba,
si lo nuestro era real. Estuvo apenas unos días y volvió a marchar, eso sí, con
la promesa de que cada mes viajaríamos o yo a Paris o ella a Barcelona.
La siguiente vez tomé la decisión de
ir a verla yo. No había salido nunca de España, ni idea de francés. Pero ay,
amigo, lo que tira el amor.
Pilar se dejó aquí su maravilloso
Seat Marbella, que yo cuidaba como un tesoro, era parte de ella. Cuando ya
estaba instalada, hablamos de cómo hacer para que ella tuviese su coche allí en
Paris para ir a trabajar. Enseguida, cual superhéroe, me brindé a llevárselo
adonde me pidiera. Quedamos en vernos en Perpiñán. Ella vendría en el TGV (AVE
francés) y yo subiría con el coche hasta allí. Qué nervios para pasar la
frontera! Y si me paran los gendarmes franceses? Me preguntaba yo, cómo hacerme
entender. Menos mal que Pilar tan previsora como siempre, me mandó una carta
con su DNI y el mío y una autorización a conducir su coche, por si me paraban.
Al fin pasé la frontera. Qué descanso! Pero a la vez, qué nervios de estar en
un país extranjero sin tener ni idea de nada. Llevaba todos los deberes hechos,
carreteras, ruta (sin Tom Tom claro, en esa época…). Pero había descuidado un
pequeño detalle: cómo se dice estación de tren en francés? Gare, me costó pero
al final, llegué al destino, la estación de tren de Perpiñán. Qué alegría volver a verla! Qué
alegría, estaba salvado!
Nos montamos los dos en su coche y
cogimos rumbo a Paris, eso sí pasando primero por Ars, del famoso santo Cura de
Ars, allí comimos entre maizales gigantes. Me subí encima del techo del coche y
aun así el maíz, era más alto.
Qué viaje más bonito, fuimos
hablando todo el camino, escuchando música, descubriendo yo un país que me
fascina, encantador, rural...Un país al que no hemos dejado de volver cada año.
Estaba enamorado de Pilar y me estaba enamorando de Francia.
Llegamos por la tarde noche a París.
Estaba alucinado, apenas pude ver la torre Eiffiel, el Sena, el arco de
Triunfo. Era muy tarde y yo tenía reservada una habitación en una residencia de
estudiantes católicos junto a una iglesia, Santa Rita y tenía que quedarme allí
a dormir mientras que Pilar se marchó a su apartamento. Pilar vivía en un
pueblo a las afueras de París, Fontenay-Aux-Roses. Un pueblo muy bonito, lleno
de casas preciosas, jardines verdes, frondosos y una tranquilidad a la que yo
no estaba acostumbrado. Al día siguiente, hicimos la típica excursión por todo
París. Los monumentos típicos, por la tarde un paseo por el Sena, en un bateau
mouche, los famosos barcos que recorren el río Sena. Eran indescriptibles mis
sentimientos. Estaba tan a gusto en aquella ciudad, tan bonita, con la persona
que a la que amaba, la ciudad del amor y
de la luz. Estaba enamorado de las dos.
Cuántos paseos por esa ciudad, qué
caminatas, los tres días que estuve los aprovechamos al máximo. Acabábamos
muchas veces el día, yendo a Misa al Sacré Coeur, por la noche y rezo de
Vísperas.
Pero como todo lo bueno, llega un
día que se acaba y tuve que volver. Pero me llevaba una relación más
consolidada y muchos aprendizajes de vida. Allí descubrí que mucha gente vivía
de una manera sencilla, sin estar pendientes de lo que hacen los demás,
haciendo una vida distinta a la que yo estaba acostumbrado, otro horario, otras
comidas, otra forma de hacer.
Nos íbamos turnando, unas veces
venía Pilar y otras iba yo. Durante las estancias de Pilar aquí, seguíamos
haciendo vida de novios y colaborando en la parroquia y cuando iba yo me
dedicaba a pasear, ver la tele en francés, a esperar… sí, a esperar porque
Pilar se marchaba a trabajar y yo me quedaba allí sólo esperando que acabase,
no siempre tenía días de fiesta o vacaciones.
Poco a poco nuestra relación era
cada vez más sólida, y ya hablábamos de casarnos. Cuando las circunstancias,
los trabajos etc. lo permitieran.
Otro detalle para que conozcáis más
a Pilar: en uno de mis viajes a verla, me vino a buscar al aeropuerto de Orly
en París. Cuando salía de la sala donde se recogen las maletas, allí estaba
ella, con unas flores muy bonitas. Nunca me habían recibido con flores. Yo un
tío de pelo en pecho recibido con flores. Me encantó. Me sentí afortunado de
tener a mi lado una persona como ella. Una vez más me enseñaba algo nuevo. La
sencillez y la belleza de unas flores. En ese momento me pareció el mejor
regalo que se le puede hacer a una persona, hombre o mujer.
Durante el tiempo que duró su
estancia en París y yo viajaba a verla me llevó a ver cosas muy bonitas. En mis
relatos me dejo llevar mucho por los olores, ellos me traen recuerdos.
Francia, olía, a queso, a
mercadillos los Domingos, de fruta fresca, de especias, de flores, a lluvia, a
pan exquisito, a dulce. Qué pastelerías! Mon Dieu! Conocí mucha gente amable,
su gastronomía, no tendría páginas suficientes para narrarlas. Otra vez me
sentía como en un cuento de hadas.
A finales del año 2000 a Pilar se le
acababa el contrato y el dinero de la CEE, su decisión fue volver a España,
esperando una plaza de profesor en la Universidad de La Mancha.
Era la hora de ir preparando ese
ansiado camino de vivir juntos para siempre. Estuvimos esperando unos papeles,
aclarando dónde vivir y algunas cosas más y por fin la decisión estaba tomada.
Nos casaríamos el 25 de Agosto del 2001!
Qué ilusión! Los preparativos de la
boda fueron sencillos, pero dignos de mención. Sólo queríamos gastar lo que
teníamos ahorrado, sin endeudarnos, ni hacer una súper boda.
La despedida de solteros, nos la
organizaron conjunta. Fue una excursión a Sant Martí de Sarroca, nuestro amigo
Muriana se había ocupado de organizarla y nos llevaron allí con los ojos
vendados. Nos lo pasamos muy bien. Yo tuve que escribirle una poesía en un
rollo de papel higiénico y ella buscar flores para mí.
La iglesia escogida para casarnos
fue en S. Mateo, en ese momento estábamos colaborando allí. Ninguna catedral,
ni Iglesia de película, los bajos de un edificio, así es la iglesia. Pero lo
importante no es el continente si no el contenido. Los jóvenes y algunos amigos
nos compusieron una canción y nos la cantaron, qué llorera!! Decía: Con amor y
confianza…. Ese era el resumen de nuestro noviazgo.
El convite en una cava, y la comida,
sencilla, sin mesas pensadas, todos con todos.
Vino toda la familia de Pilar, toda
mi familia y muchos amigos nuestros. Fue un día maravilloso. Nos casamos y
prometimos pasar juntos el resto de nuestras vidas.
Seguro que acertáis sobre dónde nos
fuimos de luna de miel. Sí, acertasteis: a Francia. Habíamos hecho una promesa.
El ramo de novia se lo llevaríamos adonde está enterrada Sta. Teresita de
Lisieux. En Normandía. Y hasta allí llegamos. Después de ver cosas muy bonitas
llegamos a nuestro destino y allí entregamos el ramo y juntos rezamos para
pedirle que nos ayudara a ser buenos esposos y en el futuro buenos padres. Y
seguimos nuestro viaje por Normandía y Bretaña.
Y así empezó nuestra nueva vida como
matrimonio. Ahora teníamos que tomar otra dificilísima decisión. Como recordáis
Pilar había sufrido un cáncer de mama. Su oncóloga antes de casarnos le había
querido prohibir tener niños, pero ella
quería intentar tener aunque fuese uno solo y así me lo propuso. Una vez más a
confiar en la divina providencia, a ponernos en manos de Dios.
El embarazo tuvo sus más y sus
menos, sus grandes discusiones con su oncóloga, que estaba disgustadísima del
embarazo de Pilar. Pero exactamente 9 meses después de nuestra boda, llegó
Diego a este mundo. Una bendición de
Dios para los dos. Un niño sanísimo y Pilar pasó con nota alta su cesárea. Yo
estaba allí. Nuestro doctor y amigo Xavier Buxó me dejó estar. Y vi como
nuestro hijo asomaba su cabecita por la barriga de Pilar.
Otra gran lección de esta gran mujer
que es Pilar. Sencilla, persona que
acepta la vida como viene, que no se esconde, valiente, decidida con
tesón. Buena esposa, buena madre, amiga de sus amigos, culta, entregada…no
acabaría con los adjetivos.
Habría para escribir un capítulo más
del día a día de Pilar. Tengo que darle muchas gracias a Dios por tenerla a mi
lado.
Para acabar quiero daros un consejo,
aunque sé que no me lo habéis pedido. Si os encontráis por ahí a Pilar, hablad
con ella, intentad conocerla, vale la pena. Os lo aseguro.
Pilarcita te quiero con toda mi alma
Que santa Teresita nos siga
guiando!!!!
Un beso, Mon Amour!
Cariño, qué bonito has hecho el resumen del resumen del resumen... Volvemos a empezar otra vez, ¿si? Cuántas cosas vividas hay entre frase y frase...para no acabar de recordarlas en toda una vida!!
ResponderEliminarEmpezaría contigo una y mil veces. Gracias por todo lo que me das, discúlpame en mis errores y te pido por favor que me sigas queriendo como hasta ahora. Feliz de estar contigo. Un beso
EliminarQue grande es recordar esos momentos tan importantes,ese sudor en las manos,ese palpitar acelerado,esas facturas de telefono,....los que podemos decir que hay una persona que lleva muchos años ayudandonos a ser mejores personas,padeciendo con nosotros ,sufriendo,riendo,...viviendo a veces hemos de volver la vista atras y ver lo importantes que han sido en nuestras vidas y también decirselo....muchas veces lo damos por sentado....pero no diselo...la canción decia...Como han pasado los años...pero nuestro amor...aun continua...Recuerdo Miguel Angel...es o s años tuyos de tobogán animico....que grande!!!!Pilar es una gran persona ...en las veces que he podido hablar con ella...siempre me fijaba en sus ojos...curiosos..de investigadora..pero limpios,nitidos,brillantes...donde no caben ni la insolencia ni la altaneria...Miguel Angel nunca dejes de mirar atras y ver quien te acompaña en este trayecto amigo mio....Carlos R.Valiente....un amigo
ResponderEliminarQue gran verdad Carlos. Recuerdo cuando trabajábamos juntos que llevabas tu libretita en el bolsillo con aquellos teléfonos y aquellas cosas que no querías perder. Algo así ha de ser nuestro corazón. Otra vez gracias por leerme y por tus palabras. Un abrazo grande
EliminarDa gusto veros juntos!! El sábado me fui de vuestra casa dando gracias a Dios por la felicidad que vi entre vosotros!! A pesar del cansino de mi hermano con ¡Pilarrrrr!! Como me reí y que gusto ver fluir el amor que hay entre vosotros!
ResponderEliminarOs tengo que agradecer ese apoyo en esos momentos difíciles que he pasado y durante el cual he tenido todo vuestro apoyo. Me ha ayudado a redescubrie a mi cuñada!! A conocerla un poquito más!!! Gracias por llegar a nuestras vidas y por querer a mi hermano que se lo merece aunque a veces sea un poco cansino!!
Para lo que necesites sabes donde encontrarme!!������
Llorera general, de emoción. Gracias Montse por esas palabras. Sólo hacemos lo que hemos aprendido, lo que nos han enseñado y lo que hemos madurado. Amarnos nosotros para después darlo y darlo para recibirlo.Con nuestros defectos si. Pero todo muy sincero. Un besazo
ResponderEliminarGracias cuñá!!! Yo, encantada con mi cuñada menor... Y también con mi cuñada mayor, que debe estar atascada aún, intentando aprender a poner comentarios en el blog!!! CLASESPARTICULARES.COM!!!!
ResponderEliminarJoooo no se puede leer sin llorar y emocionarse??? Que bonita historia y es real!!!. Siempre os pongo de ejemplo a vostros y a la Montse y Jordi. Porque transmitis que os quereis. Y eso es un gran tesoro. Cuñada Miguel tiene razon sabes de todo pero no alardeas de nada. Yo tambien te siento cada vez más cercana . Y contigo Miguel estoy alicinando. Os quiero. U beso
ResponderEliminarY tan real! Que sigamos estando juntos. Un beso
ResponderEliminarGracias, cuñada!!! Un beso y un gran aplauso... porque el que la sigue, la consigue!!!😉
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